Para ver: "Gran Torino" (2008)

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Si hiciésemos una encuesta entre los cinéfilos de todo el mundo sobre qué personaje vivo representaría mejor al séptimo arte la respuesta de muchos de ellos sería Clint Eastwood. Como actor pocos han sabido como él representar un prototipo de héroe dotado de un lado oscuro tan intenso que la simbiosis héroe-antihéroe llega a alcanzar cotas de perfección (su personaje de William Munny en “Sin perdón” el más representativo de ello). Sin embargo, como todos los grandes, Eastwood ha sido capaz de embarcarse en otros registros, desde el fotógrafo enamorado de “Los puentes de Madison” al cantante moribundo de “El aventurero de medianoche”, y solventarlos con el talento propio de los elegidos. Durante sus más de 40 años en el cine ha pasado de una simple faceta de actor a abarcar las tareas de dirección, producción e incluso música, consiguiendo así imprimir a sus películas un inconfundible sello de autor.

Como suele ser habitual los comienzos no fueron fáciles. Tras participar fugazmente en varias películas, alcanzó cierta estabilidad como actor a principios de los 60 trabajando en una serie del oeste titulada “Rawhide”. Sin embargo su oportunidad en el cine tardó en llegar. Lo hizo de forma inesperada; una película del oeste consistente en una versión de una película japonesa de samuráis (“Yojimbo” de Akira Kurosawa), que se iba a rodar en el sur de España y dirigida por un director italiano, Sergio Leone, del que no sabía nada (“será italiano, pero Fellini no es”). Eastwood aceptó y con ello inició su camino a la gloria ya que la película (“Por un puñado de dólares”) fue un enorme éxito a la que le siguieron dos secuelas. A un actor americano se le abrieron las puertas del cine de su país por medio de películas europeas, un caso atípico, pero así fue.

Su debut como director tuvo que esperar hasta 1971. Con “Escalofrío en la noche” (de la que la famosa “Atracción fatal” es una clara secuela), Eastwood demostró que su potencial creativo se disparaba y que nos encontrábamos ante una perfecta combinación de inteligencia y talento puesta al servicio del cine.

Nacido en San Francisco (EEUU), Clint Eastwood acaba de cumplir 79 años, lo que no ha sido impedimento para estrenar recientemente dos películas: la excelente “El intercambio”, de la que incomprensiblemente se olvidaron en los Óscars y, la más reciente, “Gran Torino”.

En “Gran Torino”, Eastwood es un veterano de la guerra de Corea con importantes prejuicios raciales (el binomio héroe-antihéroe, aunque en este caso predomine claramente lo primero) cuyo futuro se le presenta nada halagüeño: su esposa acaba de morir, tiene unos nuevos vecinos de raza asiática, sus hijos y nietos son unos impresentables, le va a sobrevenir una terrible enfermedad y las pandillas de adolescentes comienzan a asolar su barrio. Sin embargo todo este contexto le permitirá superar sus prejuicios y descubrir nuevos e insospechados horizontes en su vida. Una buena película y, según su propio autor, la última en la que participará como actor, motivos ambos de sobra para ir a verla.


FICHA TÉCNICA
Año: 2008
Género: Drama
País: USA y Australia
Duración: 116 minutos
Título original: Gran Torino
Dirección: Clint Eastwood
Producción: Clint Eastwood, Bill Gerber y Robert Lorenz
Fotografía: Tom Stern
Música: Kyle Eastwood, Michael Stevens, Clint Eastwood y Jamie Cullum
Intérpretes: Clint Eastwood, Bee Vang, Ahney Her, Christopher Carley, Brian Haley, Geraldine Hughes, Sonny Vue, Doua Moua, Dreama Walker, Brian Howe, John Carroll Lynch y William Hill
Sinopsis: Después de sorprender a su vecino coreano intentando robarle su preciado Gran Torino del 72, el veterano y hosco Walt Kowalski se verá en la extraña circunstancia de tener que hacerse cargo del chico para intentar reformarlo y convertirlo en un hombre de provecho.


por Emilio Santín Piñero


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