
Vivo desde el año 1985 en el Aljarafe y nunca me arrepentiré de la decisión tomada en aquellos años, cuando no se vislumbraba el auge que tomaría esa zona de nuestra provincia años más tarde. Las cosas han cambiado en estos veinticuatro años que han pasado desde que cambié el barrio de Los Remedios por Mairena del Aljarafe. Primero llegaron los autocares que te dejaban en paradas intermedias en puntos de la geografía sevillana. Mi parada para subir a mi domicilio era la que tenía asignada la empresa Tranvías de Sevilla al final del Puente de Triana, en el Paseo de Colón. Y al final, con el cambio de recorrido, la línea M-155, de esa misma empresa e integrada en la red de operadores del Consorcio, me deja en la Estación Plaza de Armas. Aunque tengo que soportar el atasco de cada día de la bajada en hora punta, mi lugar de trabajo lo tengo a sólo doscientos metros.
Me van a permitir que hable un poco de ese nuevo medio de transporte: el Metro. Era algo que llevábamos esperando desde hace años. El suburbano ha cambiado el concepto del transporte en la capital hispalense. Sevilla y su área metropolitana pedían, a voz en grito, un metro y éste llegó en puertas de la Semana Santa, fecha emblemática para nuestra capital, y de la Feria de Abril. El Metro ha pasado con buena nota esos dos retos y aún estamos familiarizándonos con este medio de transporte. Eso sí, como dicen sus usuarios, cuando la Estación de Puerta de Jerez esté terminada, junto a la de Montequinto y algunas más, el gozo será completo. Cruzar Sevilla de una punta a la otra, incluyendo el área metropolitana, es el gran avance que los sevillanos necesitaban y ya es una realidad.
Pero faltaba la guinda del pastel: el billete único, es decir, poder utilizar conjuntamente y con la misma tarjeta el Metro, autobuses del Consorcio de Transportes, Tussam y el Metrocentro. El billete único ha llegado y la facilidad para moverse por Sevilla es aún más ventajosa.
Faltan cosas por hacer y perfeccionar, algunas de las cuales ya están en marcha, pero estamos en Sevilla y estamos acostumbrados a que las cosas se hagan lentamente, como el buen toreo o como los pasos de Semana Santa; como todo lo que requiere arte.
Alguno se puede sonreír ante esta comparación, pero es mi punto de vista. Si hemos podido aguantar muchos años sin metro y con una red de autobuses muy precaria, ¿cómo no vamos a saber esperar una SE-40, nuevos puentes, o accesos y vías de comunicación entre los pueblos sin necesidad de llegar a la capital? Estamos acostumbrados y somos agradecidos cuando podemos beneficiarnos de las ventajas de una gran ciudad. Sevilla y los sevillanos somos así, pacientes, buena gente y difíciles de engañar. Disfruten de ese medio de transporte donde estén leyendo estas humildes frases o del medio de transporte que van a utilizar dentro de unos minutos. Siéntanse orgullosos de la prosperidad del transporte de nuestra tierra, aunque queden muchas cosas por hacer y otras que mejorar.
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